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lunes, mayo 15, 2006

Dioses en Hispania : Endovélico y Ataecina


Comenzamos esta singladura de pequeños artículos referidos a aspectos notorios de nuestra historia antigua haciendo referencia a dos dioses de la antigüedad: Endovélico y Ataecina.
Hemos querido unir estas dos figuras en un sólo artículo por su indudable carácter infernal, ya que ambos, a pesar del oscurantismo de las fuentes, las podemos situar en el mundo de las tinieblas, en el más allá, tan inaccesible para el historiador y arqueólogo de hoy en día. Ambos dioses, y en consonancia con otros indoeuropeos como Dionisos, están estrechamente ligados al cambio periódico de las estaciones, firmemente relacionado en una sociedad agrícola como la hispana, con la muerte y resurrección del cereal.A pesar del título que he dado a este breve artículo, no existe evidencia de un Endovélico, plenamente configurado en sus características, sino que tenemos infinidad de nombres similares para calificar a esta divinidad, seguramente fruto de las variantes dialectales habladas en nuestra Península en época prerromana, así conocemos a esta divinidad como Indovélico, Endovólico, Ennoolico etc. Es posible que los logógrafos romanos en la redacción de sus crónicas militares trataran de asimilar e unificar el nombre bajo el fonema "Endovélico". Estrabón nos menciona una divinidad sin nombre o innombrable, que bien pudiera corresponderse en sus atributos con Endovélico (III, 4, 16).Es el propio Estrabón quien nos menciona algunos de los caracteres de otra divinidad infernal que el asemeja con el propio dios de los infiernos Ares: "Sacrifican a Ares machos cabríos, prisioneros y también caballos. Hacen hecatombes de cada especie al modo griego, tal como dice Píndaro: «de todo sacrifican en número de cien»" (III, 3, 7). Es probable que en ambos textos Estrabón esté refiriéndose al mismo dios, al cual asimila primeramente a Ares, aunque luego confusamente lo tache de innombrable.La bibliografía más sobre esta deidad nos acerca desde el análisis filológico al significado del nombre Endovélico en la Lusitania prerromana. José d'Encarnaçao ha ofrecido una teoría basada en el análisis del ara votiva dedicada al dios Andieco de Tapada da Colegiada en Castelo da Vide, Portugal. D'Encarnaçao sugiere que la raíz andhos se refiere a flor, por la que estaríamos ante un "señor o dios de las flores", el que porta la primavera y la vida tras el invierno acorde con el mundo rural de renacimiento y al que hemos hecho mención anteriormente. El epigrafista luso de principios del s. XX Leite de Vasconcelos ofreció otra explicación asimilando ende a superlativo y vello o wello a bueno, resultando el "muy bueno". Una visión que no tiene porqué contradecirse con la primera, ya que el muy bueno podía ser uno de los muchos atributos que tuviera ese dios innombrable, para algunos señor de las flores, para otros un Ares infernal.En cuanto a la diosa Ataecina la conocemos varias denominaciones de acuerdos con los testimonios epigráficos: Adecina, Attegina, Adaecina, etc. Podemos relacionar su nombre con la raíz celta ate- , lo nuevo y -genos, nacido. De acuerdo con está derivación estaríamos ante un diosa del renacimiento que se suele asociar en la epigrafía con representaciones caprinas seguramente su animal totémico. Recordemos la importancia del cabrón en los mitos Dionisiacos, incluso en la propia Afrodita, diosa de caracteres similares a Ataecina y que monta dicho animal, es más, aventuremos que los amores que la Afrodita helénica tiene por Ares, dios de la guerra, puede verse correspondido por una posible pareja divina entre Ataecina y Endóvelico si el mito llegó a Hispania.Las dos deidades tienen en el medio natural su lugar de culto, como numen locis o espíritus protectores del lugar, relacionándose con otros espíritus y divinidades ctónicas, tal y como cuenta Estrabón (III, 3,6). Estos santuarios son de dificil acceso, tal vez buscando el misticismo de lo oculto entre las ramas de profundos bosques, dando mayor énfasis al carácter sagrado de estas divinidades a las cuales sus fieles encontrarían en una suerte de peregrinaje iniciático.
En Rocha da Mina y San Miguel de Mota en Portugal tenemos dos santuarios posiblemente dedicados al culto a Endovélico. En éste último se ha encontrado un exvoto en el que aparece un oferente llevando presentes florales. Estos reúnen las características de otros santuarios dedicados a deidades del mundo subterráneo como el de la Panoias en Vila Real dedicado a Serapis y el de Isis de Belo Claudia, Cádiz .

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